San Vicente de la Sonsierra es uno de los principales municipios vitivinícolas de La Rioja, con más de 1.800 hectáreas de viñedo y una treintena de bodegas, entre las que figuran varias de gran prestigio. Pero también es un conjunto histórico de gran belleza, enclavado en un cerro con amplias vistas del valle circundante. Al igual que los vecinos Briones y Labastida, se desarrolló en torno a un castillo medieval en la antigua zona fronteriza entre los reinos de Castilla y Navarra. Junto a Ábalos y Briñas, es una de las tres únicas localidades riojanas ubicadas al norte del río Ebro, en un entrante de la comunidad autónoma en la provincia de Álava conocido como La Sonsierra.
Preside la población la iglesia gótica de Santa María la Mayor, visible a kilómetros de distancia, que está situada en el punto más alto, junto a los restos del castillo. Destaca el retablo renacentista, muy valioso. En el exterior llama la atención la torre, austera y de siete lados desiguales, diseñada para resistir el viento. La puerta de ingreso está precedida de un bonito suelo empedrado con guijarros que dibujan figuras geométricas.
A escasos metros de la iglesia se encuentra la pequeña ermita de San Juan de la Cerca, centro de reunión de la Cofradía de los Disciplinantes de la Vera Cruz. Esta cofradía, antiquísima, mantiene en vigor la tradición de «los Picaos»: una procesión de Semana Santa en la que los participantes, con el rostro cubierto por una capucha, se flagelan duramente la espalda a lo largo del recorrido. El rito fue prohibido a finales del siglo XVIII pero se siguió practicando, y hoy es la única manifestación religiosa de esta índole que perdura en España.
Por lo demás, San Vicente de la Sonsierra es una villa señorial con calles empinadas y sinuosas, repletas de casas nobles que atestiguan su abolengo. Construidas por completo en piedra de sillería, muchas lucen escudos en la fachada y bonitos aleros tallados de madera. Entre los edificios más notables figuran los palacios y casas solariegas de los Gil Aguiriano, Ramírez de la Piscina, Davalillo, López-Cano, Mendoza, Balda, Olarte, Díaz de Medina y Espinosa.
El municipio posee también un bonito puente de origen medieval sobre el río Ebro, muy reformado, y dos pintorescas aldeas, Peciña y Rivas de Tereso, a los pies de la Sierra de Toloño. Próxima a Peciña se encuentra la ermita de Santa María de la Piscina, tal vez el templo románico más hermoso de La Rioja. Asimismo, los campos de San Vicente albergan yacimientos arqueológicos, necrópolis medievales, eremitorios, chozos y lagares rupestres que representan un rico patrimonio histórico y etnográfico.
DISTANCIAS:
A 35 kilómetros de Logroño, 11 km de Haro, 4 km de Briones y 5 km de Labastida.