La iglesia de Santa María la Mayor se encuentra en lo alto de un cerro, en el lugar donde estuvo antiguamente el castillo de San Vicente de la Sonsierra, cuyos restos la circundan. Se trata de un edificio de piedra de sillería de una sola nave, construido en el siglo XVI, de aspecto exterior muy austero, con una singular torre de siete caras desiguales, diseñada para resistir mejor el viento.
La portada original, de estilo gótico tardío, participa de la austeridad del conjunto, con varios arcos concéntricos de medio punto desprovistos de ornamento. Está protegida por un pórtico muy posterior, barroco. Frente a él, la zona exterior de acceso cuenta con preciosas vistas del valle del Ebro y está empedrada con guijarros que dibujan figuras geométricas.
En el interior se encuentra el principal reclamo artístico del templo, su retablo mayor de estilo manierista, de mediados del siglo XVI, atribuido al taller de Juan de Beaugrant y con policromía de Juan de Rojas y Juan de Salazar. Posee un nutrido conjunto de estatuas, tallas y relieves que reproducen diversas escenas bíblicas y está considerado uno de los más valiosos de La Rioja. Sobresale también la pila bautismal gótica de piedra labrada, muy primitiva, de finales del siglo XIII o comienzos del XIV, que conserva ciertos rasgos románicos.
A escasos metros de la iglesia de San Vicente de la Sonsierra se encuentra la pequeña ermita de San Juan de la Cerca, que podría datar del siglo XIII y tal vez sirviera como capilla del castillo. Hoy es centro de reunión de la Cofradía de los Disciplinantes de la Vera Cruz. Esta cofradía, antiquísima, mantiene en vigor la tradición de «los Picaos»: una procesión en la que los participantes, con el rostro cubierto por una capucha, se flagelan duramente la espalda a lo largo del recorrido. Es la única manifestación religiosa de este tipo que perdura en España.
SITUACIÓN:
En la parte alta de San Vicente de la Sonsierra, a 35 kilómetros de Logroño, 11 km de Haro, 4 km de Briones y 5 km de Labastida.
