Los dólmenes son monumentos prehistóricos construidos con grandes bloques de piedra sin labrar, que se colocaban en posición horizontal sobre otros bloques verticales, formando una especie de mesa. Datan del Neolítico y eran utilizados como enterramientos colectivos, si bien se cree que pudieron tener también otras funciones. En la Rioja Alavesa existen siete dólmenes de fácil acceso y bien señalizados, que en algunos casos tienen además el encanto añadido de encontrarse rodeados de viñedos.
Los siete están orientados hacia el Sur y pertenecen a un tipo de construcción denominada «de corredor», que consistía en añadir al dolmen elemental un pasillo de grandes bloques pétreos. Estos dólmenes alaveses pudieron ser construidos hace más de 5.000 años y fueron utilizados aproximadamente hasta el 1.000 antes de nuestra era.
El más conocido es el denominado «La Chabola de la Hechicera», en muy buen estado de conservación. Se encuentra en el término municipal de Elvillar, a 1 kilómetro de distancia de la carretera que une esta localidad con Laguardia, junto a una encina y rodeado de viñas. Se accede por un camino asfaltado que llega hasta el mismo dolmen. Fue el primero en ser descubierto, en 1935, y en las excavaciones subsiguientes aparecieron restos humanos de 39 personas y cerámica.
De la carretera entre Elvillar y Kripan salen dos desvíos que conducen a otros dos dólmenes: «El Encinal» y «Los Llanos». El dolmen de Los Llanos fue el último descubierto, en 1982, y contenía restos de más de 50 personas.
Los restantes dólmenes son los de «Layaza» y «El Sotillo» (ambos en Leza), «San Martín» (en la carretera que une Laguardia con Páganos) y «Alto de la Huesera» (muy alterado). En todos ellos se han encontrado restos humanos y arqueológicos, entre los que figuran fragmentos de cerámica y sílex, hachas, ídolos de hueso y piezas de metal.
SITUACIÓN:
En los términos municipales de Leza, Laguardia, Elvillar y Kripan.
