Nájera cuenta con un legado histórico riquísimo, del que por desgracia no se conservan tantos vestigios monumentales como cabría esperar. Enclavada en el Camino de Santiago entre Logroño y Santo Domingo de la Calzada, fue corte de reyes en los siglos X y XI y escenario de algunos acontecimientos decisivos en la historia medieval de España. Bajo la autoridad de Sancho III el Mayor, entre los años 1004 y 1035, el Reino de Nájera-Pamplona se extendió por toda la franja norte de la Península, desde Cataluña hasta Galicia. Su hijo García Sánchez III creó en el municipio la primera orden de caballería de nuestro país, y allí fue coronado rey Fernando III, el Santo, en el siglo XIII.
El principal recuerdo de aquel tiempo es el Monasterio de Santa María la Real, una visita inexcusable si se pasa por la ciudad y muy recomendable para todos aquellos que viajen a La Rioja. Fundado por el Rey García de Nájera a mediados del siglo XI, la mayor parte de la construcción actual fue realizada entre los siglos XV y XVII. Tras disfrutar de la belleza del claustro (y lamentar el elevado número de estatuas que han sido decapitadas), impresiona recorrer las tumbas de los reyes y reinas medievales que descansan en el panteón real.
Otro templo de interés es la parroquia de la Santa Cruz (siglos XVI-XVII), también declarada monumento nacional, en una de cuyas capillas los curiosos podrán contemplar un conjunto de reliquias de diversos mártires y santos, entre las que figuran algunos huesos a la vista en relicarios de cristal.
Por lo demás, el pasado medieval de la ciudad se intuye más que se aprecia en el trazado de las calles de su pequeño casco antiguo, con algunos restos aislados de muralla. Existen también casas de piedra de sillería con escudos, de época posterior, sobre las que no se facilita mucha información. Del castillo y del alcázar sólo se conservan unas ruinas, y de la judería, el recuerdo de su emplazamiento.
En cambio, constituyen un espectáculo singular las numerosas cuevas excavadas en las paredes verticales del cerro de la Mota, sobre el que se levantaba antiguamente el castillo y a cuyos pies discurre el río Najerilla. De origen desconocido, pueden remontarse a la antigüedad tardía y fueron utilizadas por los habitantes de la zona como lugar de defensa, dado su emplazamiento inaccesible. Constan de habitaciones unidas por pasillos de comunicación y se distribuyen en diversas alturas. Por motivos de seguridad no es posible visitarlas habitualmente, pero sus oquedades rectangulares y algunas de sus galerías resultan claramente visibles desde el exterior. Se puede dar un agradable paseo siguiendo el curso del río, más allá de las piscinas municipales, y comprobar cómo las cuevas se suceden a lo largo de todo el monte.
En el término municipal de Nájera, ubicado en la Rioja Alta, se cultivan más de 1.100 hectáreas de viñedo.
DISTANCIAS:
A 26 kilómetros de Logroño, 25 km de Haro y 16 km de Santo Domingo de la Calzada.