Marcos Eguren ha situado media docena de vinos entre los mejores de España, según los críticos y las guías especializadas. Pertenece a un pequeño grupo de bodegueros-enólogos que gozan del respeto generalizado del sector. Aunque él, a lo largo de esta entrevista, se refiere a sí mismo en varias ocasiones como «viticultor». Junto a su hermano Miguel Ángel lleva las riendas del Grupo Eguren, que incluye bodegas como Sierra Cantabria, Señorío de San Vicente o Viñedos de Páganos, en la Rioja Alta y la Rioja Alavesa, y Teso La Monja, en Toro. En esta entrevista, Marcos Eguren habla sin tapujos de la crisis del vino en Rioja, el precio de la uva, la normativa de la denominación de origen y el papel del enoturismo.
PREGUNTA ● Sus vinos Amancio, La Nieta, Finca El Bosque y Alabaster, entre otros, han obtenido excelentes puntuaciones en las guías de este año.
RESPUESTA ● En general nuestras puntuaciones son buenas. Pero nosotros donde hacemos el esfuerzo es en el vino, no en las puntuaciones. A eso le dedicamos el tiempo justo, y muchas veces porque nos piden muestras. Cuando sabes que lo que estás dando es interesante, las muestras solo te pueden beneficiar.
P ● ¿Qué opina de la todavía reciente autorización de nuevas variedades de uva en Rioja?
R ● Si estás convencido de que Rioja es una región única, que tiene determinados enclaves que son lo mejor de lo mejor; si crees realmente que el tempranillo es una de las cuatro mejores variedades del mundo; si sabes que la crianza en barrica es insustituible… ¿de qué tienes miedo? El viticultor riojano es uno de los personajes más listos que hay, y los bodegueros, con nuestras deficiencias, hemos demostrado que somos capaces de reaccionar ante las crisis. En los años ochenta, cuando nació la Denominación de Origen Ribera del Duero, parecía que nos iba a comer. Rioja reaccionó lo bastante como para ponerse diez escalones por encima en dos o tres años. Yo creo que aquí la base del vino siempre tendrá que ser el tempranillo, y que el mejor tempranillo del mundo se produce en Rioja. A partir de ahí, ningún problema con que se autoricen otras variedades. Todo lo contrario.
P ● ¿No cree que la Denominación de Origen cambiaría de algún modo si un día autorizara la cabernet sauvignon, por ejemplo?
R ● ¿Por qué? Yo creo que está tardando en autorizar no solo cabernet, sino merlot, pinot, syrah… No se autorizan por hipocresía, no porque vayamos a perder la identidad. En Rioja cuesta más cultivar cabernet que tempranillo. No está adaptada, no sabemos cómo funciona. Y los viticultores temen que no les compense. En cuanto a las bodegas, hay bodegueros tradicionales que hablan de Rioja como si fuera lo mejor de lo mejor, pero hacen ensamblajes de subzonas y viticulturas indiscriminadas. Y tienen miedo de que se les caiga el invento. El tempranillo es la variedad tinta que mejor ha evolucionado en Rioja, pero no se adapta del mismo modo a todas las parcelas. Y un tempranillo sin adaptar no tiene por qué ser bueno; puede ser malo o muy malo. Sin embargo, también queremos que eso sea Rioja…
P ● Pero esa uva no reuniría los parámetros de calidad que exige el Consejo Regulador…
R ● Determinar parámetros de calidad de la uva si no conoces la viña es muy difícil. Cuando llega un remolque de uva a una bodega puedes analizar cuatro, seis o diez parámetros. Azúcar, acidez, polifenoles… Pero faltan muchos más que son los que realmente dan la complejidad, la estructura, las características aromáticas del vino. Y esos no se analizan porque cuesta mucho dinero y mucho tiempo. El único modo de intuir el resultado de una uva es visitar la viña varias veces, catar la uva, ver cómo está la vegetación, cómo es el suelo, qué vigor tiene…
En los viñedos viejos de Rioja encuentras hasta 30 variedades de uva distintas»
P ● ¿Se ha planteado experimentar con variedades foráneas?
R ● En Rioja eso no se puede hacer. Está acotado para un grupo de amigos. Lo digo como lo siento: es la pura verdad. Hace unos cuantos años el pleno del Consejo Regulador decidió abrir un periodo de cultivo experimental [de variedades no autorizadas por la normativa de Rioja]. Sin embargo, cuando lo solicitabas no había más que trabas, mientras que algunas empresas poseían 30 o 40 hectáreas. Y esa uva entraba en el circuito del Rioja; hay unos cuantos vinos de Rioja que tienen cabernet. Al final del periodo de experimentación se vio que esas uvas, en pequeña cantidad, podían generar vinos con una complejidad diferente sin perder la identidad del tempranillo. Se llevó la propuesta al pleno, pero no fue aprobada por la oposición de los viticultores. En ese momento lo que se tenía que hacer era arrancar las variedades, porque con ese compromiso se crean estos protocolos experimentales. Pero nadie ha arrancado una cepa. Nadie sabe lo que pasa, pero esas uvas siguen entrando al circuito de Rioja.
P ● Tiene sentido, en todo caso, que se quiera preservar las variedades autóctonas.
R ● Antes las variedades no se controlaban como ahora. Vas a los viñedos viejos de Rioja, a los que tienen 60 o 70 años, y encuentras algunos con 30 variedades distintas. En el pueblo [San Vicente de la Sonsierra, donde nació] te dicen: «Esto es granegro, esto es tempranillo francés, esto es maturana, monastrell, moristell…». Es decir, que existía una gran cantidad de variedades. Ahora nos ha entrado el prurito de recuperar «variedades autóctonas minoritarias», pero es todo mentira. Son variedades que han llegado aquí a veces por descuido del viverista, o porque a un viticultor le gustaron en otras zonas y se trajo unas cepas. Eso en Rioja ha existido siempre, con una variedad mayoritaria de tempranillo. Y esas uvas se mezclaban y en ocasiones daban grandísimos vinos.
P ● ¿En qué circunstancias decidieron apostar por vinos que reflejaran la personalidad de la viña?
R ● Cuando te fijas en los modelos de éxito del mundo, Borgoña, Burdeos, etcétera, todos dicen lo mismo: que el vino donde se hace grande es en el viñedo, y que cada parcela tiene condiciones para adaptarse a una variedad y a un microclima determinados… A finales de los ochenta, pensar así en Rioja era difícil. Los grandes vinos de Rioja de aquellos años eran un ensamblaje de infinidad de parcelas de las tres subzonas de la Denominación de Origen. El concepto era crear vinos en la bodega. Pero cualquier agricultor sabe perfectamente cuál es su mejor finca, la que da mejor uva, aunque cultive todas igual. En Rioja hay pequeños terroirs que pueden dar algunos de los más grandes vinos del mundo, no solo de España. A nosotros nos habían encasillado en los vinos jóvenes de maceración carbónica, que era lo que había hecho toda mi familia, y ese tipo de vino no gustaba fuera de aquí. Decidimos hacer un vino con crianza, pero no podíamos competir en marca con las bodegas antiguas ni en precio con las grandes compañías. Así que teníamos que hacer algo diferente, y de la cosecha de 2001 sacamos San Vicente, un vino criado en barrica pero diferente a los demás.
P ● ¿Es más decisiva la finca, con su suelo y su microclima, que la gestión del viñedo?
R ● Tengo claro que si no hay un suelo especial, en un enclave determinado, la cosa falla mucho. Ahora bien, si tienes un suelo magnífico y un microclima increíble, pero plantas una variedad equivocada, aquello es un desastre. Y si aciertas con la variedad, el aspecto cultural tiene también mucha importancia. Decisiones como regar o no, abonar de un modo u otro, podar de una u otra manera, cambian toda la estructura. La forma de cultivar hace 100 años, o 30, no tenía nada que ver con la de ahora. A la viña se le prestaba muy poca atención porque el vino valía poco. Los agricultores de por aquí trabajaban en el viñedo hasta mediados de junio. Después se marchaban de «agosteros», y hasta casi llegada la vendimia trabajaban a jornal en otros sitios, porque no podían hacer otra cosa. Cuando controlas la planta, la nutres, haces una buena gestión de la poda, puedes dar valor a una parcela.
P ● ¿Por qué han elegido la Denominación de Origen Toro para sus proyectos fuera de Rioja?
R ● Si quieres crecer, tienes que adquirir parcelas. En Rioja eso es muy complicado, y en la zona en la que nosotros nos desenvolvemos, San Vicente, Laguardia, mucho más. Extremadamente caro. Por otra parte, a mediados de los noventa se empezaba a demandar vinos de corte más internacional, más frutales, más intensos, más jóvenes, con buenos precios… Y en España tenemos la suerte de que hay zonas que tienen vinos de ese corte magníficos. Nosotros conocíamos muy bien la España vitícola y sus diferentes regiones. Y siempre que íbamos a Toro a mí me llamaba mucho la atención. Creo que era la región vitícola de España más deprimida, a años luz. Valía mucho más la uva en La Mancha que en Toro. Pero cuando ves sus viñedos viejos te enamoras.
Creo que nos perjudica, y mucho, el desplome de precios que se está produciendo en Rioja. Daña la imagen, el prestigio, todo»
P ● En relación con el precio de la uva, ¿qué opina sobre la polémica que enfrenta en estos momentos a viticultores y bodegueros de Rioja?
R ● Es una polémica que ha existido y existirá siempre. En Rioja la producción la hace un núcleo social, los viticultores, y la comercialización otro totalmente diferente. El agricultor aprieta cuando puede y las bodegas aprietan cuando pueden. A veces, demasiado. Yo creo que nos perjudica, y mucho, el desplome de precios que se está produciendo en Rioja. Daña la imagen, el prestigio, todo.
P ● Desplome del precio de la uva, porque el vino no ha bajado tanto…
R ● También el vino, y en todos los mercados, incluido el nacional. Hace bien poco en una gran superficie había un crianza de Rioja a un euro y pico, y a dos euros y pico hay varios. Sin embargo, los agricultores, en Rioja, tienen la sartén por el mango. Otra cosa es que lo sepan aprovechar.
P ● ¿Hay que reducir la cantidad de uva amparada?
R ● Imagina que los agricultores se ponen de acuerdo y dicen que en la vendimia 2010 sólo se va a conceder la Denominación de Origen al 50% de la producción, es decir, que sólo se van a calificar 200 millones de kilos de uva. ¿Qué pasaría entonces? Las existencias que hay en las cooperativas se pondrían al doble o al triple de precio automáticamente. Y las bodegas se pelearían por la uva. Además los viticultores podrían fijar una cláusula para destinar la producción restante a vino de mesa, porque en Rioja se venden muchos millones de litros de vino de mesa. Fíjate tú la que liarían… El precio al final lo pone el mercado.
De los métodos de crianza que he probado, el único que me da buen resultado es la barrica, y además bastante nueva o nueva del todo. En los vinos grandes de verdad, barrica nueva, y en los demás, barricas de cuatro años como máximo»
P ● Ya se ha pronunciado sobre la autorización de nuevas variedades de uva. ¿Qué piensa de otras cuestiones, como la utilización de virutas de madera? ¿En eso hay que ser estricto?
R ● Yo creo que cuando conseguimos un gran vino en el viñedo, en la bodega tenemos que intentar no estropear esa calidad y sacar el máximo partido de la uva. De momento, de los métodos que he probado, el único que me da buen resultado es la barrica, y además bastante nueva o nueva del todo. En los vinos grandes de verdad, barrica nueva, y en los demás, barricas de cuatro años como máximo. Si nos gastamos tanto dinero todos los años en barricas nuevas, ¿crees que le tengo mucho miedo a la viruta? Pues no. Ahora bien, en vinos más jóvenes, más sencillos, sinceramente creo que es mejor la viruta que la barrica vieja. Con virutas y un poco de microoxigenación vas a conseguir un vino de corte actual muy digno, económicamente rentable. Si ese mismo vino lo metes en una barrica vieja durante un año, creo sinceramente que va a perder facultades más que a ganarlas.
P ● ¿Por qué cree que en Rioja unas bodegas apuestan por el turismo enológico y otras no, al margen de su tamaño empresarial?
R ● Creo que por el turismo del vino está apostando todo el mundo. En ese aspecto, a Rioja no se le puede criticar ni un ápice. Otra cosa es que haya que crear infraestructuras específicas, realizar unas inversiones que a veces resultan difíciles… Hay bodegas que las han acometido antes, y otras que han tenido menos posibilidades o menos visión.
P ● O menos ganas, porque una bodega ante todo tiene que hacer vino…
R ● Sí, pero el vino tiene que satisfacer, tiene que transmitir algo más que un mero sabor o un aroma. Y creo que eso se consigue mucho más en el origen que en una página publicitaria. En ese aspecto, en Rioja se están haciendo muchos esfuerzos. En California, cuando vas a visitar una bodega, solo visitas la sala de catas. Te venden un delantal o un sacacorchos y como mucho te ponen un vídeo. En Australia, en Argentina, en Chile, puedes ver una bodega de corrido para acabar en una tienda en la que te venden de todo. Aquí es lo opuesto. Aquí en Rioja siempre se han hecho muchas visitas y se ha enseñado de verdad la bodega. Nosotros tenemos claro que hay que atender a un visitante de la mejor manera posible, porque va a transmitir la imagen que se lleve.
P ● En España, a pesar de ser un país vitivinícola, los jóvenes beben más cerveza que vino.
R ● La generación actual de los veintitantos es la generación de la coca-cola. Beben ginebra o ron buscando el efecto alcohólico, pero aderezados con coca-cola, porque el alcohol en sí hasta les puede disgustar. Pero es que nosotros les hemos enseñado eso. Y yo creo que el vino, lo que tiene que ser ante todo es saludable.
P ● ¿Qué es un vino saludable, y qué sería un vino «no saludable»?
R ● Un vino saludable es un vino lo más natural posible, que solamente produzca buenas sensaciones y beneficios. Si el vino es natural, tiene numerosos componentes buenos para la salud. También alcohol, pero en cantidades que no son excesivas. No hay que estropearlo echando determinados productos al suelo o a la planta que puedan ser absorbidos por la uva y luego se transmitan al vino. Hay que tener cuidado en la elaboración, pero en general creo que el sector del vino es bastante natural. Es uno de los productos que más se controlan. A lo largo de los años, apenas recuerdo que haya habido incidentes o escándalos de sanidad, mientras que con los licores ha habido de todo, y en otros sectores alimentarios también. En general, ya digo: un vino saludable es un vino natural. Es fácil.