Entrevista a Juan Luis Cañas: «En lo que más creemos es en el campo: es ahí donde se notan las diferencias»

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Juan Luis Cañas dirige desde hace varias décadas Bodegas Luis Cañas, la empresa familiar que lleva el nombre de su padre. Hace poco más de un año fundó una segunda bodega, Amaren, en la misma localidad, Villabuena de Álava. Vinos como Hiru Tres Racimos, de la primera, o Amaren tempranillo, de la segunda, figuran entre los más valorados de España en las revistas especializadas y en los principales concursos internacionales. Ahora está comercializando el primer vino de una nueva bodega en Ribera del Duero, Dominio de Cair, que nace con la ambición de convertirse en un referente de calidad en una denominación de origen de por sí prestigiosa. En esta entrevista, Juan Luis Cañas nos habla de los proyectos de sus tres bodegas.

PREGUNTA ● En octubre de 2009 fundó Bodegas Amaren como empresa independiente de Luis Cañas, en homenaje a su madre Ángeles. Aparte de esta razón sentimental, ¿hay alguna razón empresarial?

RESPUESTA ● Una cuestión estratégica. Creíamos que tener tantos vinos distintos en una misma bodega era un inconveniente. Si tienes diez vinos los distribuidores se centran en tres, no se pueden dedicar a todos por igual. Además, queríamos situar a Amaren a un nivel muy alto, sobresaliente.

P ● Pero puede decirse que Luis Cañas ya está a un nivel sobresaliente…

R ● Luis Cañas está a un nivel sobresaliente porque tiene vinos de mucha altura. Pero luego tiene otros, como el joven o el crianza, que no son «de 90 puntos», por decirlo de alguna forma, aunque tengan una relación calidad-precio buenísima y también buena imagen en su gama. En cambio, todos los vinos de Amaren tienen que ser de sobresaliente, de nueve para arriba. Si no lo consiguen es que algo no hemos hecho bien. Esa es la idea. Además, en Amaren buscamos sobre todo una tipicidad de suelo. En Luis Cañas hay suelos de diversos tipos. En Amaren queremos viñas de ladera, de terraza, con suelo muy pobre, que tenga algo de piedrecilla, donde la cepa sufra mucho en las zonas más altas de la viña y tenga que desarrollar raíces más largas para buscar la humedad, con lo cual conseguimos más minerales. El Amaren tempranillo, que es el buque insignia de la bodega, y el Amaren graciano no se elaboran todos los años. Del Amaren graciano lo más que hemos elaborado han sido cuatro mil botellas y pico, pero algunos años han sido 1.700 o 1.800, porque tiene que venir siempre de viñas de más de sesenta años y sobre todo que den menos de 3.500 kilos por hectárea. Por hectárea de cepas vivas, sin contar las cepas muertas.

P ● ¿Amaren contará con instalaciones propias, o seguirán elaborando sus vinos en la bodega actual?

R ● Sí, la idea es construir una nueva bodega en la parte más alta de esta finca, a la que se pueda llegar dando un paseo desde aquí. Será una bodega pequeña; Amaren no elaborará más de 250.000 botellas. Pero lo que queremos diferenciar fundamentalmente es el suelo. En lo que más creemos es en el campo: es ahí donde realmente uno puede mejorar. En la bodega hay pequeños detalles que pueden mejorar, pero donde más se notan las diferencias es en el campo. Ahora mismo los vinos de Amaren ya siguen un proceso independiente: primero por la selección de viñas; después por el sistema de selección de uvas, con una doble mesa para racimos y para granos. Los Amaren tempranillo y graciano fermentan en tinos de madera y todos los vinos de Amaren estrenan barricas, no utilizamos barricas de segundo año. Queremos que nuestra línea de Amaren sea elegante. Que tenga cuerpo, que tenga estructura, pero con un retrogusto que transmita finura y elegancia.

P ● Tanto Luis Cañas como Amaren tienen un vino blanco fermentado en barrica. ¿No se solapan?

R ● No, porque son distintos y además tienen precios diferentes. El blanco Luis Cañas también procede de viñas viejas, pero en Amaren hay todavía más selección, suelos más pobres y con mayor tipicidad. Y también cambiamos las barricas, trabajamos con tonelerías diferentes.

P ● Tanto los vinos de Luis Cañas como los de Amaren están muy presentes en grandes concursos internacionales: Decanter, International Wine Challenge, Mundus Vini, Sélections Mondiales des Vins, Challenge International du Vin, Tempranillos al Mundo… ¿Qué papel desempeñan estos concursos en la estrategia de exportación de la bodega?

R ● Bueno, no sé hasta qué punto pueden influir. Por ejemplo, este año nos han dado varias medallas de oro en Alemania. ¿Y cuántos lo saben? En España, más que los premios funcionan las guías y las revistas, que en general nos tratan bien.

P ● Ustedes pertenecen al grupo exportador Araex. ¿Son los responsables de toda esa labor de presentación a concursos y promoción en mercados exteriores?

R ● El 100% lo gestiona Araex. Además, cuando nos llegan contactos directos muchas veces se los pasamos a ellos. Hay muy buena relación y la verdad es que estamos contentos.

En España es muy difícil aumentar las ventas en esta época de crisis. En exportación es más fácil, hay más mercado»

P ● Actualmente exportan el 30% de sus vinos. ¿Desean mantener este porcentaje, o incrementarlo?

R ● Este año lo vamos a incrementar bastante; todavía no puedo decirte en qué proporción. Seguramente andaremos cerca del 10% de subida de ventas en 2010, y además con más facturación. No sé cómo va a acabar diciembre, pero podríamos andar alrededor de una subida del 12% o el 14% en la facturación. Puede que este sea el mejor año de nuestra historia.

P ● La idea de exportar más, ¿por algún motivo?

R ● Sí, porque en España es muy difícil aumentar las ventas en esta época de crisis. En exportación es más fácil, hay más mercado.

P ● Como vía de comercialización de sus vinos, ¿les interesa más la restauración, las tiendas especializadas, o hay que abarcarlo todo?

R ● A nosotros nos interesa la restauración y la tienda especializada. El mercado de las grandes superficies lo medimos mucho. Nos gusta estar en El Corte Inglés pero no queremos estar en otros sitios. Aunque a veces no podemos controlar que algún subdistribuidor lleve algunos de nuestros vinos a otras cadenas.

P ● El Amaren tempranillo ha vuelto a obtener excelentes valoraciones en las guías de vinos de 2011. En relación con los otros vinos de máxima puntuación, tiene buen precio. ¿Está previsto subirlo?

R ● No. Somos una bodega familiar, no tenemos socios y nadie nos dice lo que tenemos que ganar. El dinero me sirve para seguir haciendo cosas, para ser creativo. Nosotros entendemos que si subes el precio de un gran vino bajan las ventas. ¿Qué quieres: ganar más, o que tu producto esté en más sitios y sea más reconocido? Prefiero la segunda opción. A veces se piensa: cuantas menos botellas hagas y más caras sean, ganas más con menos trabajo. A nosotros lo que nos interesa es hacer un gran producto y que lo pueda tomar más gente, y en el aspecto económico que la bodega funcione, que tenga una buena liquidez y estemos holgados. A partir de ahí el dinero no nos importa.

Los vinos caros van a ser cada vez más difíciles de vender, porque hay muchos»

P ● Cada vez hay más bodegas que apuestan por elaborar vinos de calidad, lo cual implica aumentar los costes y también el precio. ¿Cómo ve el futuro del mercado del vino en España?

R ● Hay un consumidor que realmente aprecia esos vinos y hay otro que los pide por cuestiones más relacionadas con el estatus y la apariencia social. Al final, el gusto es lo más importante. No hace falta tomar un vino de ochenta euros cuando por treinta tienes otro tan bueno o mejor. Los vinos caros van a ser cada vez más difíciles de vender, porque hay muchos. Y hay muchos que son caros y a precio real no valen ni once euros… Ahora la gente mira más el precio del vino. Pasa lo mismo en Ribera del Duero: han bajado las ventas de reservas y de grandes reservas porque hasta el crianza era caro. Ahora se vende mucho «roble». Todo el mundo pensaba que por ser de Ribera el vino podía ser más caro. Pero el consumidor no paga cuarenta euros por un reserva de Ribera cuando lo tiene de Rioja por la mitad.

P ● Las bodegas de Rioja que están elaborando vinos de gama alta los crían en barricas de roble francés. ¿Los grandes vinos requieren roble francés o es una cuestión de gusto, coyuntural?

R ● A veces pensamos que el roble francés es mejor. Bueno, no para todos los vinos es lo mejor. Pienso que algo de roble americano les va bien también. Un vino criado únicamente en roble americano no me gusta; la madera tapa demasiado el vino. Si metes vino con mucha personalidad, con fruta diferenciada de la zona, el roble francés la respeta más. Si por el contrario no hay fruta, sino que hay mucha maceración y mucha mineralidad, el americano va bastante bien. Hay que jugar con esas cosas, ver qué porcentaje de uno y otro empleas. Nosotros queremos que nuestros vinos tengan esa expresividad de la tierra y el roble francés nos da esa oportunidad.

Ahora que tengo bodega en Ribera del Duero me doy cuenta de lo bien que estamos en la Denominación de Origen Rioja»

P ● ¿Se encuentran cómodos dentro del reglamento de la Denominación de Origen Calificada Rioja?

R ● Puedes discrepar en muchas cosas, pero a la hora de la verdad creo que tenemos una gran suerte de estar aquí, en la Denominación de Origen Rioja. Ahora que tengo bodega en Ribera del Duero me doy cuenta de que aquí estamos muy bien. Llevamos muchos años trabajando y peleando, está representado todo el sector, tanto el productor como el comercializador, y hay muchos debates, sesiones, comisiones… Al final se decide lo que quiere la mayoría. Alguno dirá: es que siempre se hace lo que quieren unos. Bueno, pero es la mayoría, y se debate. Y a veces la minoría bloquea cosas que quiere la mayoría. El Consejo Regulador es muy maduro; está a un nivel alto. No comparto todo el reglamento, pero hay que ser democrático y aceptarlo.

P ● ¿En qué medida les afecta el debate sobre el precio de la uva?

R ● Nosotros pagamos muy bien la uva porque exigimos mucho en el campo. Pero es un asunto de naturaleza económica… Cómo le vas a decir a una empresa que está teniendo pérdidas que pague más cara la uva si la puede comprar más barata. Cuántas bodegas están vendiendo por debajo de costo para tener liquidez…

P ● Pertenecen a la Ruta del Vino de Rioja Alavesa. ¿Qué tipo de enoturismo les interesa, qué papel juega dentro de su estrategia general de negocio?

R ● Como negocio propiamente dicho todavía no lo estamos viendo. Pero las visitas permiten que nuestros clientes tengan una referencia más fiable cuando pidan un vino; desde ese punto de vista son interesantes. Más que las visitas de grupos muy grandes, nos gustan las de pocas personas, dos o cuatro, y entendidas. Ahora hemos iniciado un proyecto llamado «Bodegas con alma» en el que participamos seis de las mejores bodegas de España: Agustí Torelló Mata, Clos de l’Obac, Huerta de Albalá, Pazo de Señorans, Luis Cañas y nuestra nueva bodega en Ribera del Duero, Dominio de Cair. Son bodegas en las que el propietario está al frente del negocio. Somos amigos de toda la vida y estamos organizando una ruta para clientes vip, sobre todo extranjeros. Ese es el enoturismo que queremos, porque ese cliente puede ser un embajador tuyo en su país. Queremos que regrese pensando que los vinos de España tienen un nivel tan bueno como los de Francia o Italia. Así vas creando marca.

P ● Los precios de los vinos en bodega, ¿deben ser iguales que en las tiendas especializadas?

R ● Nuestro precio ahora está entre el precio de venta al restaurante y el precio de venta en tienda. Pero aquí podemos vender hasta cinco cajas como máximo. A partir de esa cantidad, pedimos al cliente que se ponga en contacto con nuestro distribuidor.

P ● Empresas de Rioja de gran prestigio, como Roda o la familia Eguren, han creado bodegas en otras denominaciones de origen. Ustedes acaban de empezar a comercializar los primeros vinos de Dominio de Cair. ¿Piensa que en estos momentos conviene diversificar la producción?

R ● En nuestro caso no es cuestión de que convenga o no convenga; no es por negocio. Se trata más bien de si quieres emoción o no quieres emoción. Dominio de Cair es una apuesta con un íntimo amigo mío, Juanjo Iribecampos, que estaba muy ilusionado con el proyecto. Yo empecé a recorrer Ribera del Duero y empecé a disfrutar, y me lo planteé como un reto profesional. En esta bodega, siempre que hacemos algo con mucho cariño después funciona de maravilla, porque no pensamos en el dinero que vamos a ganar, sino en ser creativos. Ahora estamos comprando viñedo viejo en la zona, hemos dejado las instalaciones que teníamos alquiladas y hemos elaborado nuestro primer vino en el nuevo edificio. Mis cuatro directores de aquí controlan todo el trabajo, pero queremos que dentro de unos cuatro años aquello empiece a funcionar de manera independiente. La idea es que Dominio de Cair sea una bodega del estilo de Amaren en Ribera del Duero, es decir, de alto nivel y con vinos en los que prevalezca la fruta. En el futuro nos gustaría figurar entre los primeros de la región por prestigio y calidad. Esa es la ilusión, ser competitivos. «Vamos a ver si llegamos, a ver si llegamos». Eso es lo bonito de Ribera. Lo de ganar nos da igual. Cuando quieres hacer cosas muy bonitas hay que gastar dinero. Pero el proyecto te lo devuelve después. Al final acabas recogiendo lo que siembras.

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