Cuzcurrita, en la Rioja Alta, es una bonita localidad situada a orillas del río Tirón, que la divide en dos partes, unidas por un puente del siglo XV muy reformado en el XVIII. Las primeras referencias documentales a la villa datan del siglo XI. Durante la Edad Media, Coscorrita fue una villa amurallada que contaba con un castillo extramuros, construido en el siglo XIV por la familia Suárez de Figueroa. Las murallas de la población se han perdido pero se conserva la fortaleza, acondicionada en 1947 como residencia particular y en los años 2000 como bodega.
Entre el castillo y el puente se encuentra el antiguo lavadero del pueblo, reconstruido hace dos décadas y protegido por un sencillo cobertizo de madera con tejado de teja a dos vertientes.
En el casco antiguo hay numerosas casas de piedra, aunque no se aprecian vestigios medievales. Las más señoriales datan del siglo XVIII, al igual que la iglesia de San Miguel, templo barroco de piedra de sillería con una bonita fachada curvilínea, declarado monumento nacional en 1978. El trazado urbano es muy sencillo, con dos calles principales, la calle Mayor y la calle del Cierzo, unidas por otras transversales que se denominan Primer, Segundo, Tercer y Cuarto Cantón. Los azulejos con los nombres de estas calles se conservan desde 1865. En la calle Nueva, posterior como su nombre indica, existe un palacio con dos grandes escudos en la fachada.
El término municipal de Cuzcurrita posee unas 600 hectáreas de viñedo y cuenta también con dos ermitas, la de Tironcillo y la de Sorejana, situadas respectivamente a tres kilómetros y dos kilómetros y medio del pueblo en sentidos opuestos. Destaca la de Sorejana, con partes románicas y góticas, que conserva en el interior una pila bautismal del siglo XII.