El enigma de los vinos kosher

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Varias informaciones recientes han puesto los vinos kosher en el punto de mira del sector vinícola de nuestro país. El Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX) difundió una nota en la que destacaba la buena valoración de los escasos vinos kosher españoles en el mercado estadounidense, así como el probable aumento de la demanda de este tipo de caldos. Más tarde, El Mundo Vino se hacía eco de la información y la ampliaba con datos sobre dos bodegas de Rioja que elaboran vino kosher: Ramón Bilbao (ubicada en Haro) y Consejo de la Alta (en Cenicero).

Los productos agroalimentarios kosher (término que significa puro) son aquellos que están autorizados por los rabinos para el consumo de los practicantes de la religión judía. Deben cumplir una serie de normas alimentarias y de higiene recogidas en el Kashrut y procedentes de la Torá, el libro de la Ley de los judíos, que se corresponde con el Pentateuco de los cristianos (es decir, los cinco primeros libros de la Biblia).

Según parece, el consumo de productos kosher se está extendiendo a personas que no practican la religión judía, pero confían en las normas de control impuestas a estos alimentos. Los gastrónomos españoles que sientan curiosidad pueden encontrar secciones específicas de artículos kosher en los supermercados de la cadena El Corte Inglés.

Sin embargo, las declaraciones recogidas en la información de El Mundo Vino no aclaran qué medidas específicas de higiene o seguridad alimentaria diferenciarían a los vinos kosher riojanos de otros vinos de Rioja. Según dicha información, las compañías Royal Wine y Elvi Wines envían judíos ortodoxos a las bodegas Ramón Bilbao y Consejo de la Alta, respectivamente, para supervisar el proceso de elaboración. Sólo un judío puede tocar y prensar la uva para transformarla en mosto de vino, y la maquinaria u objetos que entren en contacto en la elaboración del vino habrán sido anteriormente limpiados bajo la vigilancia de un rabino, explican en ambas firmas.

Medidas de naturaleza religiosa más que enológica o sanitaria, según parecen reconocer tácitamente los representantes de las bodegas, quienes indican, según la información citada, que cualquier vino de Rioja de los que elaboran podría ser apto para kosher porque sus cualidades son las mismas. Ana Frías, de Consejo de la Alta, explica que no está permitido que una persona que no sea judía vea el vino […]. Ni siquiera un enólogo que pertenezca a la bodega y no sea judío puede acceder, éste dispone de una barrica para hacer su labor de seguimiento e informa al rabino de cómo se debe proceder.

A no ser que exista otro tipo de normas sobre las que no se informa, se trata básicamente de evitar que manos impuras (no kosher) intervengan en el proceso de vinificación. La certificación kosher en lo referente al vino de Rioja se fundamentaría, según eso, en preceptos esencialmente religiosos que dejan al margen cuestiones enológicas, razonamientos científicos y, desde luego, características organolépticas.

Quizá se trate de una gran noticia para las bodegas españolas, ya que el presidente de la Kosher Wine Society de Nueva York, citado en la nota del ICEX, señaló que estos caldos armonizan estupendamente con los alimentos que tradicionalmente se sirven y degustan en el Seder Pascual y el resto de celebraciones litúrgicas.

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