Bodegas Gómez Cruzado completa su nueva gama de vinos con Montes Obarenes, un blanco de ‘terroir’

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Juan Antonio Leza y David González, directores de Bodegas Gómez Cruzado.

David González y Juan Antonio Leza iniciaron la renovación de Bodegas Gómez Cruzado en 2008, asumieron la dirección de la empresa en 2013 y ahora, mediado 2016, acaban de completar su gama de vinos y declaran sentirse por primera vez a gusto con ella. Están satisfechos -matizan- con lo que tienen en el mercado, pero quieren llevarlo más allá y todavía les queda mucho por hacer en terrenos que no son solo el de la viticultura y la enología, sino que abarcan la difusión y comercialización de su proyecto a todos los niveles. No es de extrañar, tratándose de una casa con 130 años de actividad a sus espaldas y que ha pasado por diversas manos.

La bodega nació en 1886 en el emblemático Barrio de la Estación de Haro y, tras varios cambios de propiedad, fue adquirida a finales del siglo XX por la familia Baños, originaria del pueblecito riojano de Badarán y afincada en México. Fueron los Baños quienes ofrecieron la dirección a sus responsables actuales, cuando ya llevaban unos años organizando el control de los viñedos y definiendo el perfil de los vinos. “Había una gama muy básica”, recuerda Juan Antonio, “centrada en las categorías clásicas de Rioja: joven, crianza, reserva, etcétera. Por un lado, hemos querido tipificar bien esa familia de vinos, hacerlos contemporáneos manteniendo su carácter tradicional de vinos finos de Haro. Son vinos limpios, fragantes y directos, muy nítidos y disfrutables, en los que predominan los matices y la elegancia sobre la potencia. Por otro lado, hemos querido mostrar la diversidad de Rioja; aprovechar nuestro conocimiento de los viñedos de varias zonas para escoger algunos parajes muy concretos, con unas características que nos parecían especialmente destacables, y reflejarlos en una botella. A esta segunda línea la hemos llamado ‘selección terroir’ y consta solo de tres vinos: Cerro las Cuevas, Pancrudo y Montes Obarenes, que sale ahora al mercado”.

Visitas a Bodegas Gómez Cruzado

Con esta reestructuración, Bodegas Gómez Cruzado ha entrado en una fase de estabilidad y ahora se propone dar a conocer sus novedades y profundizar en las cualidades de los vinos. Entre otras líneas de trabajo, ha apostado con decisión por explicar directamente al público la nueva etapa, en la propia bodega, mediante un trato muy atento y unas catas esmeradas. Abre sus puertas todos los días del año, salvo el 25 de diciembre y el 1 de enero, y los resultados no se han hecho esperar: “Q” de Calidad Turística, Certificado de Excelencia de TripAdvisor, estupendas valoraciones y un incremento exponencial del número de visitantes y de las ventas en bodega. “Ha sido”, explica Juan Antonio, actual presidente de la Asociación para el Desarrollo Turístico del Barrio de la Estación de Haro, “una incorporación de facto a este barrio, que concebimos como un centro de recepción de aficionados al vino sensibles a la calidad, la arquitectura y la gastronomía”.

La gama de vinos Gómez Cruzado

La familia de vinos Gómez Cruzado consta de seis referencias: blanco, vendimia seleccionada, crianza, reserva, gran reserva y Honorable, que fue el vino más prestigioso de la bodega a lo largo de todo el siglo XX y que en su nueva andadura es el de carácter más expresivo dentro de la línea clásica. Los precios de venta al público van desde 10 hasta 24 euros. Por su parte, los tres vinos de la colección terroir tienen una producción muy limitada (en torno a las 3.000 botellas, numeradas) y proceden de zonas muy diferentes. Cerro las Cuevas está elaborado esencialmente con tempranillo de cepas viejas cultivadas en Leza, en las faldas de la Sierra de Cantabria, en suelos arcilloso-calcáreos. Es el vino de la bodega con una carga tánica más notable, intenso, con fruta madura y notas balsámicas. Pancrudo es un Rioja inesperado, el más singular de los tintos: un monovarietal de garnachas cultivadas en Badarán, cerca de la Sierra de la Demanda, en suelos arcilloso-ferrosos, a unos 650 metros de altura. Fresco, equilibrado y persistente, en nariz sorprende sobre todo el dulzor de su fragancia a frutas rojas, con algo de golosina o mermelada.

Montes Obarenes, un blanco de ‘terroir’

Finalmente, Montes Obarenes es un blanco elaborado con uvas de las variedades viura (85%) y tempranillo blanco (15%), procedentes de viñas ubicadas en el entorno de Haro, bajo la influencia de la sierra que da nombre al vino, en suelos arcilloso-calcáreos con algo de grava. Tiene un año de crianza sobre lías en barrica nueva de roble francés y en un pequeño depósito de hormigón de forma ovoide, y posteriormente ha envejecido durante catorce meses en botella. Sus creadores destacan su intensidad aromática (fruta blanca y fruta de hueso), complejidad y elegancia, así como su volumen inicial y amplio recorrido en boca. Es el vino de precio más elevado de la bodega (42 euros), lo cual indica la importancia que le han dado. Con él han querido reivindicar la tradición de los grandes blancos de Rioja, actualizándola.

Más información en la página web de la bodega: www.gomezcruzado.com

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