Paisajes de viñedos en la DOC Rioja: carreteras entre viñedos

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Viñedos en otoño, Haro (Rioja Alta). © Rafael López-Monné

Los viñedos representan una región vitivinícola mucho mejor que sus bodegas. Se puede construir una bodega en cualquier sitio, pero las vides no crecen ni dan buen fruto en cualquier parte. Es difícil sentir que estamos en una comarca vinatera si no encontramos cultivos de vid al recorrerla. En el territorio amparado por la Denominación de Origen Calificada Rioja hay 65.000 hectáreas de viñedo, y cada vez son más las bodegas que ofrecen a sus visitantes actividades lúdicas o didácticas en el campo. Son el mejor modo de conocer los tipos de suelo de la zona, sus variedades de uva, los sistemas de poda y la influencia del clima en el desarrollo de las plantas. Sin embargo, si no dispone de mucho tiempo o solo quiere disfrutar de la belleza de los paisajes de viñedos, puede hacerlo fácilmente conduciendo por ciertas carreteras o ascendiendo a un mirador. Aquí le sugerimos cinco trayectos para ver paisajes de viñedos desde el coche (dos por carreteras nacionales y tres por carreteras secundarias), y en un artículo posterior elegiremos algunos de los mejores miradores de viñedos de la Rioja Alavesa y la Rioja Alta.

De Logroño a Briñas por la carretera de Vitoria (41 km)

La carretera A-124 atraviesa toda la Rioja Alavesa, discurre entre miles de hectáreas de viñedo y comunica algunos de los principales municipios vinateros de la DOC Rioja: Laguardia, Samaniego, Ábalos, San Vicente de la Sonsierra y Labastida. Se trata de una ruta de enoturismo esencial: solo con realizar este trayecto, los viajeros podrán formarse una idea general del paisaje y los cultivos de la comarca.

Desde Logroño, se sale por la LR-132, que discurre paralela al río Ebro durante poco más de un kilómetro y a continuación entra en la provincia de Álava y pasa a denominarse A-124. El río se pierde de vista durante unos minutos y reaparece en la minúscula población de Assa, donde forma un bonito meandro de considerable caudal. Después ya no se ve más hasta llegar a Briñas.

Conforme la carretera se aproxima a Laguardia, aparece a la derecha la mole montañosa de la Sierra de Cantabria, verdaderamente espectacular en algunos tramos, que protege a la Rioja Alavesa y la Rioja Alta de los vientos del norte y determina su peculiaridad climática.

Durante todo el camino aparecen viñas a derecha e izquierda, podadas en vaso (el método tradicional de Rioja) o en espaldera (con las vides emparradas mediante alambres). Se trata de un paisaje abrupto, repleto de cerros, lomas, pequeños promontorios y hondonadas, que los agricultores han ido transformando a lo largo del tiempo, plantando vides en las laderas y creando innumerables terrazas de cultivo. Entre las terrazas quedan taludes sin cultivar, en los que crecen carrascas y matorrales, y en ocasiones algunos olivos marcan los límites de las viñas.

Viñedos en otoño, San Vicente de la Sonsierra (Rioja Alta). © Rafael López-Monné
Viñedos en otoño, San Vicente de la Sonsierra (Rioja Alta). © Rafael López-Monné

Pasado Samaniego, la carretera entra otra vez en la comunidad autónoma de La Rioja y discurre por los municipios de Ábalos y San Vicente de la Sonsierra. La siguiente localidad, Labastida, vuelve a ser alavesa, mientras que la última del trayecto, Briñas, pertenece también a La Rioja. Briñas se encuentra a solo 4 kilómetros del centro de Haro.

De Logroño a Haro por la carretera N-232 o la autopista AP-68 (42 o 48 km, respectivamente)

La carretera nacional 232 y la autopista Vasco-Aragonesa, AP-68, atraviesan La Rioja longitudinalmente, de este a oeste, con un trazado muy similar. El tramo de la N-232 que une Logroño y Haro puede ser considerado la ruta enológica por antonomasia de la comunidad autónoma, porque comunica seis de sus princiaples municipios vinateros: Logroño, Fuenmayor, Cenicero, San Asensio, Briones y Haro.

Saliendo de Logroño las viñas comienzan pronto, a la altura del parque de La Grajera, pero se interrumpen poco más adelante. Tampoco tienen una presencia significativa al paso de la carretera por Fuenmayor, que cuenta con grandes instalaciones industriales en su extrarradio. En cambio, empiezan a ganar terreno en las proximidades del desvío a Cenicero, y dominan el paisaje en el bonito enclave de Torremontalbo, cercano a la desembocadura del río Najerilla.

Durante el resto del recorrido podemos apreciar la topografía de esta zona vinícola: un relieve accidentado pero suave, lleno de lomas y terrazas, muy parcelado, en el que los cultivos de vid alternan con campos de cereal y con pequeñas arboledas. A la derecha, según se avanza hacia Haro, acompaña todo el camino la mole de la Sierra de Cantabria, que delimita el valle del Ebro por el norte, y a la izquierda, más lejana, se ve la silueta de la Sierra de la Demanda, que lo acota por el sur.

Hay estampas pintorescas como el castillo de Davalillo, próximo a San Asensio, y la iglesia de San Vicente de la Sonsierra, que se divisa al pasar por Briones y desde la distancia tiene aspecto de fortaleza.

La AP-68 discurre paralela a la carretera nacional y apenas presenta diferencias, si bien ofrece a la vista mayor superficie de viñedos, dado que sortea las poblaciones del camino y sus polígonos industriales.

De San Vicente de la Sonsierra a Baños de Ebro por las carreteras LR-318 y A-3224 (7,7 km y 3,1 km)

La pequeña carretera que une la localidad riojana de San Vicente de la Sonsierra con la alavesa de Baños de Ebro discurre durante casi 11 kilómetros por un paisaje ininterrumpido de viñedos.

Se trata de una vía estrecha y sinuosa, tan próxima a las vides que permite apreciar perfectamente desde el coche la morfología de las cepas, las hojas y los racimos, según la estación del año en la que estemos. Además, las viñas a pie de carretera constituyen una muestra representativa de los viñedos de Rioja, pues las hay jóvenes y ancianas, podadas en vaso (el sistema tradicional) o emparradas en espaldera.

El camino pasa delante de varios chozos o guardaviñas (el chozo del Bombón y el de Puerto Rubio), y atraviesa bonitos parajes en los que queda a la vista el río Ebro, que corre a la derecha trazando varios meandros.

Una vez en Baños de Ebro, se puede seguir hasta Elciego por la carretera A-4205 (otros 6,3 kilómetros), y desde allí dirigirse a Laguardia, o bien continuar hasta Lapuebla de Labarca por la A-4208, siguiendo el curso del río (entre Lapuebla y Elciego hay 5,3 kilómetros). Durante todo este recorrido prosiguen los viñedos. En Lapuebla de Labarca existe un puente sobre el río Ebro que separa esta población alavesa del municipio riojano de Fuenmayor, donde se puede coger la N-232 hacia Logroño o hacia Haro.

De Logroño a Huércanos y Cenicero por las carreteras A-12 y LR-321 (25 km y 8,3 km)

Para llegar a Huércanos hay que salir de Logroño en dirección a Burgos por la carretera A-12, que es la tercera de las grandes vías que atraviesan la Rioja Alta, junto a la N-232 y la autopista Vasco-Aragonesa (AP-68). Así como esas dos rutas tienen un marcado carácter vinícola por los municipios que enlazan, la carretera de Burgos sigue el camino de Santiago y tiene mayor relevancia cultural, dado que pasa por Nájera y Santo Domingo de la Calzada. Hay menos viñedos al alcance de la vista, pero a la altura de Navarrete aparecen en el paisaje y ya no lo abandonan durante el resto del trayecto hasta el desvío hacia Huércanos.

Viñedos en otoño, Cenicero (Rioja Alta). © Carlos Sieiro del Nido.
Viñedos en otoño, Cenicero (Rioja Alta). © Carlos Sieiro del Nido.

Huércanos y Cenicero son dos de los municipios de la Rioja Alta con mayor superficie de cultivo de vid: más de 1.240 y 2.030 hectáreas, respectivamente. La pequeña carretera que une las dos localidades, la LR-321, discurre todo el trayecto por un paisaje de viñedos, salpicado de olivos y encinas. Las viñas, podadas tanto en vaso como en espaldera, se distribuyen en numerosas parcelas de pequeño tamaño, que ocupan lomas de suave pendiente, terrazas y terrenos llanos, y en otoño componen mosaicos de variados colores. Durante parte del camino aparece en el horizonte la Peña de Lapoblación, también conocida como León Dormido porque su silueta puede recordar a uno vagamente, aunque no desde este punto.

De Viana a Aras por la carretera NA-7230 (7,3 km)

La pequeña carretera que une Viana y Aras, en la parte navarra de la DOC Rioja, ofrece un bonito recorrido de siete kilómetros por un paisaje mediterráneo de viñas, almendros y olivos. La calzada es sinuosa y el relieve de la zona, irregular, con suaves lomas y una depresión en el cauce del río Valdearas, que discurre a la derecha de la vía durante todo el trayecto. Una fila de chopos indica su presencia.

Cerca de Aras sorprende la aparición de las ruinas de San Juan del Ramo, al otro lado del río. Se trata de un antiguo convento franciscano, construido en el siglo XV y abandonado en el XVII, que presenta una estampa muy singular, pues el edificio está completamente derruido pero queda en pie un gran arco ojival de piedra de sillería, desnudo y aislado entre dos restos de muro.

Aras (Rioja Oriental, Navarra), ruinas de San Juan del Ramo.
Aras (Rioja Oriental, Navarra), ruinas de San Juan del Ramo.

A unos cuatro kilómetros de Viana, a la izquierda, parte un camino de tierra hacia el Hipogeo de Longar, una cámara sepulcral megalítica descubierta en 1985 y datada entre los años 2800 y 2500 antes de nuestra era. La pendiente es pronunciada y el primer tramo del camino se puede recorrer también en coche, aunque está señalizado como ruta de senderismo. Aras, fin del trayecto, es un pequeño municipio con 90 hectáreas de viñedo y una bodega comercial. Si se continúa más allá por la misma carretera se abandona el territorio de la DOC Rioja rumbo a la Sierra de Codés, que se encuentra a unos 11 kilómetros de distancia.

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